Escrito por Eduardo M Romano el 19 mayo, 2014
A los asuntos que concernían a su propia vida,
acostumbraba disponerlos y repartirlos
de tal modo,
que a la mayor parte de sus presentes que
le gritaban “ahora ! “ , “ya!””en este preciso momento !”.. los
terminaba cambiando por unos tenues y ambiguos “más tarde”
así como en unos cuantos futuros condiconales de lo más improbables e inciertos.
Era de lo más habitual que tuviera a mano
toda una serie de excusas , vestidas con ropa de argumentos
razonables que desbordaban mesura y equilibrio…
..cuya misión insabido, no era otra que apartarlo de sus urgentes
“ahora “ , para entregarlo atado de pies y de manos,
a la engañosa seguridad que le anticipaban sus “más tarde”.
La secuencia que seguía era más o menos siempre la misma :
opacar el presente,sacándole la mayor parte de su color y de su brillo…
..y aún mejor, si acaso fuera posible, bajarle el volumen hasta
hacerlo mudo…sólo para jugarle las fichas,
un poquito más tarde,
a todas esas promesas etéreas,
cuya especialidad consistía
en augurarle
toda clase de maravillas..
…claro que para tiempos remotos y ambiguos…
Tal como acostumbra enunciarlo
ese curioso dialecto,
que suele recorrernos..
uno que mientras pone cara de bueno,
no deja de exigir (sin que se note)…
…ésta o aquella otra postergación, olvido o renuncia.
Deja una respuesta