Fue un encuentro fugaz y fortuito,
de esos que abundan en la vida de cada uno de nosotros,
y tienen por destino perderse.
Dejando, a lo sumo, uno que otro
rastro indefinible,disperso y ambiguo.
Me refiero a esa clase de vestigios vacilantes,
que si a uno le preguntan,
crénme que lo más seguro
es que diga que no tiene la estirpe, el peso
ni la fuerza
que se necesita
como para aspirar a ser memoria.
Poco y nada tenían en común.
Tal vez por eso, la atracción
entre ellos, comenzó siendo de lo más curiosa.
A fin de cuentas, lo mucho, diminuto o nada en común,
(que mirado desde afuera, tuvieran),
terminó importando poco y nada.
Porque comenzaron a presentirse
en forma creciente .Mejor sería decir,  impostergable.
Ella y él.

Cada quien siendo fiel a sus empujes,bordes,

mandatos y fantasmas.
El deseo atravesaba casi todos
los espacios y tiempos cotidianos.
Y hasta  lo imposible,
parecía tan cercano…
«….En el marco del enamoramiento , nos ha llamado la atención desde el comienzo, el fenómeno de la sobreestimación sexual..» se ama sensualmente al objeto sólo en virtud de sus excelencias anímicas, y lo cierto es que ocurre lo contrario, a saber, únicamente la complacencia sexual puede conferir al objeto tales excelencias.»
(S.Freud,»Enamoramiento e hipnosis.Psicologia de las masas y análisis del yo » O.C.)