Escrito por Eduardo M Romano el 11 enero, 2014
Cuando a uno lo han metido en una especie de mito,
no le dan instrucciones de uso,manual explicativo ni le
dicen desde pequeño, a cuáles cosas y asuntos
deberá atenerse de ahí en adelante.
Porque ni siquiera los más cercanos tienen más o menos
conciencia de ello. A uno le ha sido asignado un cierto
lugar en alguna trama….que mucho suele tener que ver
con los ideales, los mandatos, los logros a medias, los no tan logrados , y los que decididamente han sido vividos como dolorosos
fracasos o metas incumplidas en las vidas de los otros. Que vienen
a ser por lo general, quienes son nuestros más cercanos.
A esto hay que sumarle los anhelos incumplidos, las identificaciones
fallidas y ciertos Deseos y Fantasmas, que empiezan siendo de otros
pero que terminan dándose una vuelta por nosotros.
Uno no es que se pueda dar cuenta de cómo funciona esto
en el momento…pero puede que con el paso del tiempo,
no sepamos a qué atribuir cierta insatisfacción sin motivo
que ser repite en nosotros….Esta vocación equivocada que en forma tardía caemos en cuenta que de propia tenía poco y nada…..o esas más que curiosas sensaciones de estar uno haciendo todo lo que uno
debería, pero que igual no está contento.
Entonces aparecen esta inquietud sin motivo…ese desasogiego sin nombre, que se entromete y no tiene motivo aparente.
Estos son algunos indicadores de que algo parecido a una especie
de mito que nos han endosado, sin que los demás ni nosotros nos
hayamos dado cuenta….está haciendo lo suyo dentro nuestro.
Claro que no es cuestión de cargarle las tintas ni andar echándole
la culpa de todo cuanto nos pasa…..Nada más les estoy diciendo
que de tanto en tanto , echemos un vistazo
y estemos atentos,
a ciertos asuntos de otros,
que sin saberlo , estamos asumiendo y actuando
como si fueran genuinamente propios.
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