Como partido en dos.

Escrito por Eduardo M Romano el 27 julio, 2020

En el curso de su vida,siempre estuvo aferrado a esa creencia.
Era el centro de su propio mundo.
Su calma y su amparo.
Su luz y su sombra.
Le prodigaba solidez y le daba consistencia.
También la certeza de saber sin chistar
y a cada momento,
dónde quedaba el Sur
y en qué otro extremo, el Norte.
Se entiende, por lo tanto, que ese inesperado
y tan incómodo descubrimiento,
le removiera todos y cada uno
de sus más íntimos ejes y cimientos.
Entonces, apresurado y lleno de miedo,
lo atribuyó en primer lugar a una falla en la mirada,
mezclada con una especie de anomalía transitoria
de su pensamiento.
Tiempo después a algo mucho más inquietante.
Tal vez una alucinación, quizás un hechizo.
o alguna especie de ilusión óptica.
Removió por todas partes,
y razones buscó por todos lados.
Hasta que no hubo nada que hacerle.
Y no sin dolor,
tuvo que rendirse a la evidencia que ya era irrefutable.
Una parte de sí, ya no podía continuar dándole crédito
a su creencia.
Pero otra, en simultáneo e insabida por la conciencia,
continuaba aferrada a ella . Jamás iba a resignarla.
Como partido en dos,
la había abandonado y al mismo tiempo,
se las había ingeniado para conservarla a buen resguardo.
En algún lugar otro. De tal modo ,sabía con esta mano,
y con la misma fuerza,
desconocía e ignoraba
con la otra.

572 Vistas

16572

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

facebook

Twitter

WhatsApp

e-mail

Linkedin

Google+

Buffer

Digg

Reddit

StumbleUpon

Tumblr

Imprimir