Escrito por Eduardo M Romano el 3 febrero, 2018
Resultaba una experiencia de lo más divertida y placentera,
sentarse nada más que para escucharlo.
Manejaba como pocos ese arte.
Y pienso que no seria del todo justo ni preciso,
reducir lo suyo a «simples» disparates
y «sencillos » juegos de palabras.
Por supuesto que lo eran.
Pero nada tenian de simple, consabido, predecible ni sencillo.
Por ejemplo,comenzaba a relatar alguna cosa, encaminándose por este lado,
y todos lo seguíamos con interés creciente.
Más que nada por sus tonos cambiantes
y la forma tan partciular
que tenía de elegir las palabras y decirlas.
Le seguíamos atentamete el hilo,
hasta que de pronto,
se desviaba totalmente del camino
que había emprendido.
Como si en forma repentina y caprichosa,
ya no importara
eso de seguir estrictamente con la secuencia correcta.
Entonces sacaba como de la galera,
una lluvia de contrasentidos y conclusiones
tan disparatadas , absurdas e inesperadas,
que no nos cabía otra cosa que soltar la risa.
«…Es más fácil y cómodo desviarse de un camino de pensamiento emprendido que mantenerse en él, y confundir lo diferente que ponerlo en oposición…y muy en particular lo es entregarse a modos de inferencia desestimados por la lógica…» Las técnicas del contrasentido en el chiste corresponden a una fuente de placer, y sólo necesitamos repetir que ese placer proviene de un ahorro de gasto psíquico, un aligeramiento de la compulsión ejercida por la crítica …».(S.Freud » El Chiste y su relación con lo Inconsciente » O.C.).
Deja una respuesta