Escrito por Eduardo M Romano el 30 enero, 2014
Las coordenadas del Tiempo,
cambiaron de pronto y no hubo nada que hacerle..
…con decirte que ya ni me importó preguntar qué hora era…
ni se me pasaba por la cabeza perder ni un minuto de tiempo
pensando si iba a llegar más temprano o un poco más tarde al lugar
donde se suponía que debía ir porque me estaban esperando.
Sé muy bien que me olvidé de muchas frases y dejé de lado a los recuaudos, que los tenía muy bien practicados por las dudas…
…como para no lastimarme de nuevo…
..había pensado decírtelos calmos y ordenados, uno atrás del otro.
Pero bueno, vos ya sabés cómo son estas cosas…porque por más
práctica que hubiera habido y más ensayo en el medio,
al final pasó que no pude hilvanar una minima frase que estuviera
enlazada con otra, ni acordarme aunque sea
de alguna partecita suelta.
En lugar de todo eso, confieso que empecé a sentir
otras cosas. Por ejemplo,
que muchos temores y presagios,
uno más oscuro y tenebroso que el otro,
empezaron como a esfumarse de pronto.
Te diría que hasta en algunos aspectos,
(no digo todos porque eso sería y exagerarte),
…los volví a sentir muy cerca de mío,
al ímpetú y a la osadia.
Me olvidé por completo de los buenos oficios y de los mejores consejos, de las razones equilibradas , y los agudos ángulos
de miras , que de buena onda, se habían ocupado todo
ese tiempo de acercarme personas cercanas y otras que no lo
eran tanto.
Para que no me metiera en camisa de once varas y no me expusiera
al sufrimiento.
No sé si hice bein o mal. Igual ya mucho no importa.
Lo cierto es que a la preocupación, al equilibrio emotivo, a las
medidas justas, y a las proporciones relativas…al aflorar el Deseo,
no sólo no les hizo nada de caso y no les llevó el apunte.. sino que además se las llevó a todas puestas para que terminaran dando
vueltas por el aire.
Es así como te digo.
Mucho de esto empezó a pasarme
desde el preciso momento
en que supe y me di cuenta
que iba a volver a verte
y a tenerte cerca mío.
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