Escrito por Eduardo M Romano el 3 septiembre, 2015
Hubiera sido bueno
haber podido verse
y conversar tiempo antes.
En eso, ella y él estuvieron de acuerdo.
Sólo hubiera sido cuestión
de apartar algunos recelos
y encontrar la ocasión oportuna.
En eso también estuvieron de acuerdo.
Eran cosas que pensaban dos que se había querido
y que ahora ni siquiera podian traer a la memoria
eso que en algún momento
había sido tanto encuentro
y atracción mutua.
Pero , en algún lugar,
esas memorias debian estar…
porque así nomás no se las olvida.
El problema era que si les aparecía algún recuerdo,
invariablemente los llevaba
a sentir incomodidad,
y distancia.
Muchas veces se trataba de asuntos inoportunos
que no venían a cuento.
En eso también estuvieron de acuerdo.
De modo que ese encuentro
( que al principio estaba lleno de buenas intenciones),
no tardó en poblarse de reproches
y frases altisonantes.
Muy parecidas a las de épocas pasadas.
Entre ellas estaban las desafortunadas,
las gratuitas y las hirientes.
Esas que llegado el momento,
salen demasiado rápido
como para poder frenarlas a tiempo.
Esas que resultan muy difíciles de remontar.
Y que así nomás no se olvidan.
En eso también estuvieron de acuerdo.
Y no había más vuelta que darle.
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