Escrito por Eduardo M Romano el 13 marzo, 2014
Existen ocasiones en las que puede resultarnos
tan difícil y complicado
intentar recapturar ciertos recuerdos
y evocar alguna que otra situación vivida
junto a su clima afectivo..
El problema puede comenzar cuando uno empieza
a pasar revista a muchos de los personajes que estuvieron
involucrados en el asunto…o cuando pone el acento,
tratando de ser lo más preciso,
en éste o en aquél otro nudo de la trama, respetando
el orden nos parece ahora que tuvieron,
así como de las palabras y los silencios
que en ese entonces se sucedieron.
Estas cosas que les voy diciendo,de este modo,
como si fueran por etapas y por partes,
en verdad no es precisamente lo que pasa dentro
nuestro , cada vez que estamos rememorando…
…porque lo más seguro es que se nos aparezcan las
memorias, los deslices , los aciertos, los equivocos y las
certezas, mezcladas y todas juntas.
Son muchas las ocasiones en las que un recuerdo puede llegar a
compliarse,
cuando roza el borde de algún argumento o emoción importante..
..o si se acerca más de la cuenta a cierta frontera interna que
está prohibida.
Nuestros recuerdos no están quietos,ni ordenados por filas ni en hileras, uno atrás de otro…como haciéndole caso a un rígido abecedario….porque toda memoria , además de los hechos concretos
está siempre entreverada a nuestros íntimos Deseos, Ilusiones y Fantasmas. La mayor parte de las veces,
recordar no se parece para nada
a un un buscar prolijo dentro de una pulcra cajonera ….sino más bien
a un remolino que tiene fuerza y dinámica propias…
..y que es del todo capaz de arrastrarnos hacia los tiempos
y los lugares que más quiera el sentimiento
y más le gusten
a la sin razón y al sin sentido…
He sido testigo, puedo decirles,de intensas y acaloradas
discusiones que son de lo más habituales
entre los propios recuerdos….asuntos de protagonismos,
hegemonías y supremacías…Cuál estuvo antes, qué vino primero,
a qué cosa le corresponde el centro mismo de la Escena…
…de quién es el rol protagónico
y a cuáles cosas
y a quiénes otros, les hemos reservado,
dentro nuestro,
el olvido, el destierro o la periferia.
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