Escrito por Eduardo M Romano el 25 agosto, 2014
Se juntaron para hablar , después de mucho tiempo,
sin objetivo concreto ni tema definido.
Les alcanzaba con encontrarse y poder mirarse
otra vez,de frente ,en la cara.
Entre ellos no eran necesarias las razones esquivas
ni las justificaciones mentirosas.
Y no se trataba simplemente del hecho de que se
conocían ya lo suficiente.
Además se respetaban.
Y a su modo, se seguían queriendo.
Aunque los caminos ya eran otros
y los tiempos muy distintos.
No había lugar para las palabras huecas y bonitas,
dichas porque sí… ni mucho menos para los cumplidos
cuya función es el relleno y el adorno.
Iban a decir sus cosas.
Seguramente inciertas, escurridizas,indeterminadas
y desprolijas.
Tal y como se estaba dando eso de mirarse de nuevo
y decirse las cosas,
según la oportunidad , el deseo y los recaudos.
Después de tanto tiempo que había pasado,
hasta volver a verse.
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