Escrito por Eduardo M Romano el 22 marzo, 2014
Habían sucedido tantas cosas en el transcurrir
de esos tiempos,
que resultaba poco menos que imposible
imponer alguna clase de jerarquía, orden o secuencia
a aquella todo ese torrente
de recuerdos y de memorias,
que aún conservaban vibrantes las voces
y llenas de color a las imágenes…
..bien marcados los rasgos y los semblantes, de tantos
rostros queridos y de otros que no tanto.
Si uno prestaba atención, aún podían escucharse
algunas melodías, y capturarlas al vuelo a ciertas cosas
que habían sido dichas y que todavía podía escuchárselas…
…con decirles que sin que uno se diera cuenta,
lo más seguro era que ya estuviera como siguiendo
el compás y el ritmo de una que otra melodía,
que había quedado suelta y medio perdida.
Esta trama de cosas tan distintas,
créanme que desbordaba
profundidad y resonancia.
De modo que resultaba imposible decirlo por
completo a todo eso junto.
Ni decidir qué debía ir primero y qué un poco
más tarde.
Las cosas tomaban otro color y se ponían mucho
más complicadas, cuando empezaban a asomar,
la pasión y el sentimiento…todavía animados,
(aunque pueda parecer increíble),
por empujes furiosos
y deseos que se hacían escuchar bien fuerte..
..como si nada hubiera podido hacerles,
eso que ,
según sostienen algunos,
es el paso crujiente del tiempo.
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