Escrito por Eduardo M Romano el 30 marzo, 2014
Pueden llegar a ser tantos y diversos
los asuntos, las escenas, los deseos, los motivos,
las fantasías y los argumentos…que en esta ocasión
o en aquella otra, podemos vernos comprometidos hasta las narices,, involucrados de reojo,
envueltos de arriba abajo, o invocados por algún otro…
…que si tratamos de entenderlos siguiéndole uno a uno, por separado,
en orden y en hilera,
a cada uno de sus posibles sentidos …lo más seguro que puede pasarnos es que
terminemos confundidos, extenuados, dando vueltas sobre lo mismo, y entendiendo poco y nada del asunto…
..A veces puede resultar más eficaz y hasta más claro,
por lo menos hacer el intento de captar y pescarle la vuelta,
a cierta clase de enlaces y combinatorias,
que no son obvias ni aparecen miradas de frente ni a primera vista…
…pero que en una de esas,
podemos llegar a darnos cuenta,
que están muy presentes haciendo lo suyo ..
…por ejemplo, poniendo en relación cosas que parece
que nada tienen que ver unas con otras
porque son del todo distintas…
..o haciéndole unos nudos bien fuertes,
para que vayan todo el tiempo bien juntos,
esto que guarda silencio,
eso que dice muy poco,
con aquello otro
que pone su mejor cara de distraído,
para dar a entender,
que no tiene nada que ver con ese asunto..
…del que sin embargo,
al final de cuentas ,
termina resultando
el principal actor, artífice
y protagonista.
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