Escrito por Eduardo M Romano el 10 marzo, 2019
Encuentros .
Llegan desde lugares inciertos.
Y hacen que un despertar ocurra
cuando menos se lo espera.
Sin preámbulos .De improviso.
Se imponen ,nos atraviesan,nos interpelan y nos bordean .
Puedo asegurarles que no aguardan demasiado
hasta que por fin decidamos
si son o no convenientes,
si tienen relación con esto o con aquello otro,
si no será que nos confunden y nublan la vista,
qué cosa tienen de relevante y cuál otra de periférica ,
qué va primero y qué segundo.
A qué hora exacta comenzaron las cosas,
y para qué lugar preciso van enfilando.
No hay modo de saber su derrotero,
qué es lo que sigue ni qué podrá ser, acaso , lo último.
Pero sí es seguro que la duda timorata o la demora inoportuna,
no harían sino quitarles
la magia y el aliento.
Encuentros de tiempos frágiles, evanescentes e impensados.
No le hacen ningún caso a las distancias.
Puede que incluso estén huérfanos de lógica.
Pero eso sí.
Les digo que está en cada quien
dejarlos transcurrir anodinos,
o sostenerlos sin claudicar,
para que sacudan
tantas postergaciones dormidas.
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