Esas memorias profundas,de quienes supieron darnos amparo.

Escrito por Eduardo M Romano el 23 marzo, 2014

 

Ya no había espacio para la queja,

ni motivo sensato para echarle la culpa a nadie.

Sabía de qué se trataban las cosas y ya no tenía la intención ni

las ganas de andar repartiendo culpas para este lado,

y reproches para aquel otro.

Porque se daba perfecta cuenta que lugar

para las excusas ya no quedaba ninguno..

..y que no sólo estaba librado a lo suyo,

sino que ahora dependía de esa clase de recursos

que cuanto más intensa parece explotar la tormenta,

uno los termina sacando,

(sin saber bien cómo),

de lo más hondo.

Quiero decir, que son esa clase de fuerzas,

que en esos momentos en los que parece

todo hundido o a punto de perderse…

…sacamos como de adentro..Son esa clase

de empujes que están animados por  las memorias profundas,

y entrañables de quienes supieron cómo darnos

los amparos , los cobijos y los refugios más tempranos.

Esos que con el correr del tiempo,

los fuimos haciendo tan nuestros

como imposibles de separar

de lo auténtico y genuiamente propio.

256 Vistas

16256

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

facebook

Twitter

WhatsApp

e-mail

Linkedin

Google+

Buffer

Digg

Reddit

StumbleUpon

Tumblr

Imprimir