Esas verdades simples y cercanas.

Escrito por Eduardo M Romano el 13 febrero, 2014

 Cuando a una verdad se la dice sincera y genuina,

no es preciso ensayar ni  tener que poner cara de circunstancia.

Porque lo más seguro

es que venga anudada de una mano a lo simple

y aferrada de la otra a lo sencillo.

No le hacen falta decorados protocolares

ni adornos pomposos.

Le son del todo innecesarios los preámbulos vacíos,

y esa clase de aburridas introducciones,

que una vez que empiezan

no se sabe cuándo ni dónde terminan.

Una verdad, tampoco necesita que se la ande proclamando

a los cuatro vientos como verdad «verdadera»,

a la que por lo tanto,primero se avisa que

hay que tomarla  en serio.

Cosa, que está de más,

porque si es verdad,

alcanza con escucharla y mirarla firme a los ojos,

para darse cuenta…

..eso sí, a mí me gusta mucho

esa estirpe de verdades cercanas,

que las podemos entender y compartir entre todos.

Las que dicen lo suyo

de frente y como les va saliendo…clarito que usan

ropa común y corriente …Y  no esas otras,

que son  supuestas,  porque de verdad no tienen nada…

..Unas que casualmente,  sólo dicen conocer y poder tener

acceso unos pocos …porque habitan

en confines abstractos…suficientemente lejanos para que

sólo puedan entenderlas,

arbitrariamente,y a su antojo,

 

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