Escrito por Eduardo M Romano el 8 junio, 2017
Solo de tanto en tanto,
que a decir verdad, eran las menos,
era capaz de tomar cierta distancia
que le daba algo parecido a una perspectiva.
Capaz de atenuar ,
por un rato,
A esa Nada. Real e imperturbable..
Que la dejaba con la piel a la intemperie.
Y cada vez mas expuesta.
Claro que esa atenuacion, perspectiva y distancia
no venian de la nada.
Sino ligadas a ciertos trabajosos anudamientos
de inquietudes,goces y esperas…
…que incluian sus bordes, fronteras,
huidas y amontonamientos .
Que cuando fracasaban despabilaban
a esa Nada inconsciente.
Siempre Lista y al acecho.
Que entonces podia aparecerse , segun sus modos y sus formas
inapelable y sin vueltas.
Creanme que asustaba el solo hecho de intuir su presencia.
Y ni les cuento si uno tenia la desgracia de que se lo plantara
por delante
Ahi si que era mejor agarrarse fuerte
y si era posible , salir disparando.
Por suerte , esto no pasaba todo el tiempo,
sino en Presentes esporadicos.
Imposibles de olvidar.
Y mucho menos fingir
que no nada habia pasado.
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