Escrito por Eduardo M Romano el 14 julio, 2014
Existen escenas entrañables que cada quien las atesora
y sabe cómo llevarlas dentro de uno…unas que son
bien capaces de resistir dignamente el paso del tiempo y no
ceder terreno ante este golpe,esa otra frustración o aquel desplante
que todas las realidades
que van cambiando,
intentan hacer con ellas.
Entonces a estas escenas queridas,
el tiempo y otros asuntos,
bien pueden imprimirles
giros, pliegues y dobleces…
..o bien recortarles, hacer que se estiren, o aún
obligarlas a dejar en silencio o hacer invisible
alguna de sus partes.
En ocasiones ocultas, semi-dichas, disfrazadas
o bien empujadas a no tener otra forma de
expresarse
que en un descuidado pormenor
o en algún desapercibido detalle.
Aún así, éstas,
nuestras escenas entrañables,
saben cómo arreglárselas para seguir
formando parte de aquello que sentimos
más intimo .
Como para que podamos rencontrarlas
cuando menos se las espera…
…con ese aire tan familiar,
que alcanza para darnos amparo,
por el sólo hecho de saber
que ya está cerca
y viene llegando…
..para volver a sentirlo propio .
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