Están las palabras.

Escrito por Eduardo M Romano el 22 diciembre, 2013

Están las palabras que intentamos en vano

que obedezcan y se queden quietas.

Otras que las decimos cuando hay ruido

para que nadie pueda escucharlas.

También se me ocurre que existen aquellas

que sólo nos atrevemos a decirlas a medias.

O bien, si las circunstancias y los fantasmas internos nos apuran,

nada más que mostando o dando a entender

la punta del ovillo.

Están las palabras que damos por supuestas,

pero que ni se nos pasa por la cabeza enunciarlas,

ya sea por pudor, pena, miedo, recato o vergüenza.

Tambien están las palabras que se dicen solas ,

porque afloran repentinas.

No me olvido de esas otras que nunca se cansan de moverse

para desplazar a las que tienen al lado.

Tambien tuve ocasión de conocer palabras altivas y vanidosas.

Que a uno le resbalan porque las toma como de quien viene.

Pero las que más me preocupan son esas palabras mordaces

e hirientes. Y no del todo necesarias.

Que provienen de personas cercanas.

Esas sí que duelen en lo más hondo..

..tanto que mucho tiempo después de haberlas ecuchado,

sentimos que nos siguen perforando

por dentro.

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