Escrito por Eduardo M Romano el 9 junio, 2024
Esa Escena que se le insinuaba,
borrosa y ambigua,
hacia ya tiempo
que le andaba rondando.
Pero sólo podía transcurrir
(rotunda e inconsciente),
a través de esos nudos
que pacientemente,
sabe tejer el olvido.
Insistía en que no tenía forma de decirlo.
Como esa clase de fantasmas que sentimos que dan vueltas
rehusando la palabra.
Sobreviven dentro nuestro,
a la manera de personajes que nadie ha invitado.
Nos agitan en cada embate.
Y desencadenan, implacables,
la premura, el ritual y la verguenza.
Deja una respuesta