Escrito por Eduardo M Romano el 10 enero, 2020
Detalles. Esos que en principio nos parecen banales
y a los que ni siquiera atención les prestamos.
Huérfanos de nombre e inadvertidos para la mirada.
Ocurrencias efímeras.
Como si su derrotero no pudiera ser otro que el de habitar
el territorio de lo ignoto.
No más que esto parecen ser
para quienes confunden
serio con profundo
y superficial con superficie.
Pero a pesar de todo…
….valiosos detalles.
Fragmentos mínimos a la espera.
Aparentes irrelevancias que pueden terminar siendo el motivo
de tanta invención que parece surgida de la nada. De la nada ?
Comienzos impensados de pasiones clandestinas.
Torsiones y bordes mínimos
capaces de inclinar la contienda
para un lado o para el otro.
Tono inadecuadamente acentuado,
gesto fuera de sitio,
palabra que se presta al equívoco
o error inoportuno
que una vez advertidos
por un otro,
pueden hacer virar hacia la burda mentira,
aquello que parecía venir tan convincente y tan cierto.
Encuentros irreversibles
a partir de los cuales
algo tan familiar y confiable,
de pronto se transforma
en amenazante y extraño.
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