Escrito por Eduardo M Romano el 18 junio, 2014
Monólogos internos que permanecen insabidos y no dichos.
Ideas que hacen laberintos
y cuya ambición es ir a ninguna parte.
Frases secretas
que repetimos sólo para nosotros mismos,
y que les aseguro que no aspiran a la posteridad ni a la trascendencia.
Porque lo suyo es más simple y concreto.
Alumbrar este espacio de adentro
que ya se estaba haciendo demasiado oscuro.
Y darle un poco más de velocidad al tiempo,
porque ya también se nos estaba volviendo
bastante más lento de la cuenta.
Son cosas que se van desplegando
en las porosas fronteras
que intentan separar a la Razón
del Sin sentido.
No crean que siempre pueden cumplir con lo suyo.
Entonces es bien posible, que por ahí,
puedan aparecerse empujes sueltos,
en busca de ciertas palabras
a las que poder aferrarse…
…montajes inverosímiles que parecen desprovistos
de todo argumento..acentos que han perdido su rumbo…
..tiempos dislocados donde
a veces tiene uno la extraña sensación,
de que el después ,
ha llegado primero que el antes.
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