Por su parte, nuestra consciencia también aporta lo suyo : llega siempre tarde y a destiempo. La razón y la voluntad no son suficientes para explicar lo que nos pasa en los asuntos y entreveros de nuestras vidas.
Es que la subjetividad no es solo lo explícito ni lo evidente. Es también lo que aun siendo visible no puede ser visto , o bien lo que de tan explicito termina siendo ignorado. Las estructuras subjetivas no necesitan de falsos ilusionistas , porque ellas en gran medida están hechas de ilusión, fantaseo e imaginación. Precisamente los que se escurren de la red que tiende la pobre ló gica de la razón y los buenos oficios.
Por otra parte, existen cosas que no podemos expresar porque no las pensamos. Habitan en algún lugar de nosotros. Pero no están a nuestra disposición. No responden a nuestro llamado . Además no sabríamos a quien llamar.
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