Escrito por Eduardo M Romano el 9 octubre, 2015
los recuerdos en su memoria.
Por los lugares que quisieran.
Ya fuera por este camino sencillo
o bien tomando
por aquél bastante más complicado.
Así fueron apareciendo,
en desorden y yuxtapuestos,
toda clase de recuerdos.
Algunos impresionaban como demasiado cortos,
pero anudados a escenas intensas y coloridas.
Otros estaban rodeados por acentos
que no venían al caso.
Tambien estaban los ruidosos y altisonantes,
que buscaban llamar la atención
a cualquier precio.
Y hasta peleaban y se empujaban
unos a otros,
para ocupar los lugares más visibles,
cerca de las primeras filas.
Sin embargo , había otros
que eran de una clase muy distinta.
Mucho más simples
y que hacían todo lo posible
por escaparle a la notoriedad y al brillo artificioso.
Como si no quisieran llamar la atención
de nadie.
Cálidos y sencillos.
Casi siempre perdidos detrás
de alguno que otro detalle o indicio.
A ésos sí que les prestó mucha atención.
Porque algo le decía,
que calladitos y cercanos…
…habían logrado tallar ,
una por una,
muchas de sus mejores memorias.
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