Escrito por Eduardo M Romano el 1 diciembre, 2016
El síntoma se le fue instalando preciso,
pieza por pieza.
Pero de a poco.
Así, esas ideas recurrentes,
o esos otros sentimientos
que más lejos o más cerca
terminaban siempre colocándolo al borde del sufrimiento…
…se habían convertido en un asunto penoso y contradictorio.
Porque a pesar de ser extraños,
habían podido encontrar las más distintas formas
y enredados caminos
para instalárse en lo íntimamente propio.
Cuando quería acordarse, ya era tarde.
Porque esa trama repetida de escenas, personajes,
sentimientos y palabras,
ya habían aprendido a moverse sin dificultad
y a sus anchas, dentro suyo.
Como quien percibe
que cuenta con cierta clase de complicidades
que le responden del otro lado y por dentro.
Así, sus obsesiones se expresaban
de muy distintos modos.
…» los enfermos son ocupados por pensamientos
que en verdad no les interesan, sienten en el interior
de sí impulsos que les parecen muy extraños y son movidos
a realizar ciertas acciones cuya ejecución
no les depara contento alguno.
Pero les es enteramente imposible omitirlas …»
(S.Freud. «Conferencias de introducción al Psicoanálsis».O.C.)
Deja una respuesta