Escrito por Eduardo M Romano el 16 septiembre, 2015
Partía de la premisa
que era mejor empezar
cada día,
desconfiando de todo el mundo,
para después actuar en consecuencia.
Entonces, sus comportamietos cotidianos
(al que no lo conocía ni lo tenía más o menos visto),
podían parecerle de lo más extravagantes,
curiosos y estraños.
Porque casi todos
estaban en relación directa
con la multidud de supuestas anticipaciones
y recaudos
que él iba tomando…
..ante los inminentes peligros y acechanzas
que seguro lo estaban aguardando.
Sólo era cuetión de tiempo.
Entonces nunca estaba de más ,
prestarle la atención más extrema
a este indicio…
…y captarlo al vuelo a ese otro detalle de más lejos,
(al que los demás , seguro que no habían visto)..
..como la segura premonición de algo.
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