Escrito por Eduardo M Romano el 25 mayo, 2017
Vistas las cosas
desde el ángulo peculiar de esa neurosis,
podría decirse que todo marchaba como era debido.
Es decir, lleno de dudas,
inhibiciones,postergaciones y tormentos.
A los que había que añadir
los preámbulos interminables
y las inefables premisas,
con destino seguro de laberinto.
Que ponían en marcha
un supuesto pensar,
que mirado de cerca,
estaba en su mayor parte,
hecho de desmesura, deslices y agobios.
Hábiles en eso de hacerle dar vueltas y más vueltas
a uno
sobre lo mismo,
cosa de no ir ninguna parte.
Entonces la Frontera.
Enfrente de las narices.
Por el momento ,
Inefable e Imposible.
La misma,
que sólo de tanto en tanto,
algo venido vaya a saber uno de dónde,
nos empuja a sortear…
poniendo en juego la apuesta.
Y sin nos que importe,
por un instante,
el Abismo.
..
Deja una respuesta