Escrito por Eduardo M Romano el 21 abril, 2024
Atrevérsele a la tempestad sin claudicar
y jugando la apuesta.
Dejar a un lado esas complacencias
que acostumbran ir de la mano con la costumbre.
Atrapar al vuelo
una palabra genuina.
Apaciguar el tormento
y hacer algo propio con la incertidumbre
que acecha desde el silencio.
Tal vez,incluso vivir lo mismo
pero distinto.
Y si alcanza el aliento
habitar de algún otro modo
aquellas escenas de otros tiempos.
Las que decidimos ignorar a sabiendas
y esas otras que pasaron delante nuestro
sin que tuviéramos forma
de saberlo.
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