Escrito por Eduardo M Romano el 19 octubre, 2025
Aquel dìa ,sin que se lo hubiera propuesto,
surgiò ese recuerdo de antaño.
Nìtido,incuestionable .
Cada escena junto a sus personajes,
parecìan haberse conservado casi perfectos.
Resultaba imposible poner en duda èsta o aquella otra parte
de esa memoria temprana.
Era evidente que sus huellas e improntas
habìan resultado imborrables en èl.
Todos guardamos memorias que parecen destinadas
a permanecer en Nosotros ,
de modo que en cualquier momento
son capaces de conjugarse a sì mismas como si fueran
un eterno Presente.
Sus formas pueden ser varias : enteras ,en fragmentos ,
forzando puntos y aparte o prolongàndose en esa clase de suspenso
que convoca al enigma.
Las memorias de lo que hemos sido y seguimos siendo estàn forjadas
por Deseos y Amparos ,Goces y Espantos.
Algunas ejercen en Nosotros efectos inmediatos .
Otras se hacen notar màs tarde y a destiempo.
Lejos estamos de ser una cadena de recuerdos coherentes y homogèneos.
Nuestros recuerdos de vivencias certeras estàn llenos de remolinos y vacìos,
acentos inmerecidos y sospechosas ausencias.
Algunas despiertan el ànimo y nos auguran vientos favorables y tiempos mejores.
Otras,nos paralizan y llenan de dudas ,
o bien despirtan el miedo y la verguenza.
Pero tambièn habitan en nosotros unas memorias que parecen anodinas
y carentes de importancia,
como si en el fondo no quisieran decir nada.
Crèanme que es mejor prestarles atenciòn y no apresurarnos a rebajarles tanto el precio
Muchas pueden esconder, a su manera ,
algunas de las cosas más importantes de lo nuestro.
Todos abrigamos una instancia íntima y extraña
que trabaja a su modo
y se empeña, entre otra clase de asuntos,
en conservar ,en ciertas ocasiones, lo indiferente,
para sofocar
lo sustantivo e importante.
Deja una respuesta