Monólogos disfrazados de otra cosa.

Escrito por Eduardo M Romano el 13 enero, 2014

 

Esa persona no se cansaba de decir,

en cuanto ocasión se le presentara,

que favorecía en cuanta oportunidad se le presentara,

diálogos sinceros y profundos con la otra gente.

Decía que siempre salían de lo más sabrosos, ricos

y espontáneos… y que ayudaban mucho

a que fueran apareciendo  las invenciónes

y  las ocurrencias …de modo que todo  terminaba siendo

de lo más lindo y placentero.

Los que lo escuchaban nunca terminaban de saber

si se trataba de  una broma de mal gusto …

alguna  clase de fallida ironía…o si en verdad esta persona,

daba por cierto eso que decía.

Cosa que uno podría hacer, después de operar sobre sus

dichos,  algunas salvedades , cambios y bastantes correcciones.

Que desde ya les voy diciendo que no son poca cosa.

Por ejemplo, ahí donde decía “diálogo fluído”, había que poner

“monólogo de lo más rígido”….Eso de la  “invención espontánea”,

más bien se parecía a una fórmulas  premeditadas y repetidas.

Y en cuanto a lo de “lindo y placentero”,para serles sincero,

tenía  mucho más que ver con esa peculiar clase de asfixia,

tan particular,

que se la siente cada vez que uno habla con una persona

rígida, unilateral e inamovible….que aspira a imponerle

al que tiene adelante,

los consabidos monólogos que guardan dentro…

…y sacan , según la ocasión que se les presente,

disfrazándolos

de algo muy distinto.

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