Escrito por Eduardo M Romano el 14 diciembre, 2013
Todos tenemos unos fragmentos que andan sueltos y se van multiplicando
en las flexibles fronteras
que delimitan a la Razón del sin Sentido.
Por alli me parece que conviene echarle un vistazo a eso
que en el mejor de los casos uno siente como premonición,
preludio o apenas si aludido en alguna de nuestras periferias.
Porque todos llevamos dentro,
ideas poco delineadas , argumentos indefinidos
y sentimientos que no consiguen hacer pie, ni afirmarse para llegar a ser el empuje interno de algo.
Algunos los tenemos al alcance de la vista y de la conciencia…pero de alli a que podamos darles lugar o cierto protagonismo, ya es otra cosa.
Otros , ni nos entermos que existen. Son los reprimidos e inconscientes. Habitantes de esa íntima extranjería
de lo que en algún lugar se lo sabe , pero que no puede ser dicho
ni conocido a conciencia.
Cada uno de nosotros carga con esa clase de Fantasmas,
a los que les tanto les gusta
andar corriendo sueltos por los corredores y los pasillos
de adentro. Asomando el rostro entre bambalinas. …usando casi
siempre la puerta del fondo, para entrar
sin aviso en nuestros cuartos de
al lado.
Y claro. Aprovechan que casi siempre
nos la pasamos mirando con
dirección al Centro,
o a ese mismo y consabido
lado de siempre.
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