Escrito por Eduardo M Romano el 11 abril, 2014
Sabía que razones y certeros argumentos,
tenía de sobra. Así como fundamentos válidos que por un motivo u otro, nunca los ponía en marcha
ni los llevaba adelante.Era una persona de lo más sagaz e inteligente.
Pero le tenía tanto miedo a lo inseguro o mínimamente incierto,
de modo que sólo se ponía a hacer
eso que anhelaba sólo cuando tenía la certeza de
tenerlo todo bajo control y ordenado…después de haberlo
revisado cien veces…Esto en la vida con los otros, por supuesto
que ocurría sólo de tanto en tanto. De modo que , lo que se dice
tomar decisiones y concretarlas…poco y nada.
Porque no paraba de dar vueltas en torno a esto , que tal vez estuvo bien,
pero que era perfectible..o eso otro que no estaba por completo
seguro, sin no le hubiera hecho falta algún retoque de último momento….o si aquello otro, que parecía tan bien encaminado y controlado,
así , como a él le gustaba, no
si no hubiera terminado arruinda, por ese detalle minúsculo, que dejó
pasar sin darse cuenta….aunque, claro, uno desde afuera podía captar
que no tenía la menor importancia. Bueno eso era lo quepensaba algún otro…
…pero a él, la tranquilidad no le llegaba ni por asomo….ocupado
como estaba de revisar este detalle o ese otro.
Giraba en torno a sus dichos y se reprochaba ese error de cálculo,
en el que seguro que había incurrido sin darse cuenta , por no estar
del todo atento, como correspondía.
Asi transcurria su vida, día y noche atormentado … dando vueltas y más vueltas
sobre lo mismo..Mientras delante de sus narices,
no podía dejar de sentir , con dolor,
cómo esa oportunidad que acostumbra darnos el ahora…
….una y otra vez se le corría , como siempre,
para más adelante, esperando ese momento
que nunca terminaba de llegarle.
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