Nos van trabajando en voz baja.

Escrito por Eduardo M Romano el 22 diciembre, 2013

 

Se trata de un devenir bastante complicado,
que reconoce bordes, pliegues, giros y anversos.
Algunos asuntos que están para ser dichos en voz alta,
y otros que nos van trabajando,
en voz bien baja,
por adentro.
No sé muy bien cómo explicarlos,
porque son trayectos sinuosos,
que pueden empezar siendo
premonición por alguna cosa,
cautela por una pasión que está apareciendo
como muy de repente…
…o alguna clase de idea que empieza a merodearnos
volviéndose cada vez más insistente.
Al principio hace lo suyo,
cuidando las formas y los modos.
Hasta que en algún momento de la trama,
que para nosotros casi siempre ya es demasiado tarde…
…termina cobrando mucha firmeza y una intensa
seguridad en sí misma.
Entonces créanme que quedan muy atrás
sus comienzos como tenue sentimiento,
 pobre idea vaga, débil premonición
o intermitente preludio…
…y pasa a ser para nosotros,
esa clase de obligación interna,
que nos exige obediencia sin chistar
y estricto cumplimiento.
Con una clase de autoridad, que uno no sabe
bien quien se la dado,
de dónde la saca
ni de qué lugar le ha venido.
Lo importante es que se trata de Mandatos implícitos,
acerca de cuyas razones,
es muy poco lo que uno conoce…
…tampoco está claro hacia qué lugares pretende llevarnos.
Pero si a uno se le llega a cruzar
la idea de hacer como que no los escucha
o lisa y llanamente
desobedecerlos….
…una mezcla extraña de incomodidad e inquietud,
no tarda demasiado en recorrernos.

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