Escrito por Eduardo M Romano el 19 octubre, 2016
Son las dos caras de un tenebroso abanico.
Que está cada día más cebado,
feroz y presente.
Uno que a su paso ,
no deja de multiplicar dominaciones,
imaginarios y prejuicios.
De ciertos asuntos que con el correr de los tiempos,
(porque esto no es de ahora, sino que viene de hace mucho),
se han vuelto invisibles,
a fuerza de tanta repetición y silencio infame.
Violencia de Género , explícito y del otro,
moldeada en el terror,la complacencia y el espanto…
..que pueden llegar a ser noticia en el momento
del impacto, para después diluirse.
Esta es otra de sus tácticas. Armar un poco de revuelo,
para que más tarde
todo siga igual y lo mismo.
Quiero decir, para sostener unas sólidas asimetrías
en el tiempo.
Que no están nada más que a la vista.
Porque han sabido arreglárselas para meterse dentro nuestro.
Ya se han apropiado
de muchos símbolos, habitualidades
y costumbres,
que no hace falta
ni siquiera pensarlas ,
porque ya se las da de hecho.
Entonces las subordinaciones, las faltas de equidad,
las desvalorizaciones y los menosprecios…
…muchas veces silenciosos,
pero no por ello menos cómplices,
se van multiplicando.
Patriarcado en estado puro,
y de la peor calaña.
Abusador a ratos explicito, y otras veces
escondido entre bambalinas.
De una forma o de otra, eso que quiere
y que busca
es perpetuarse a sí mismo.
Y no en abstracto. Sino bien cerquita. Al costado
y por dentro
de cada uno de nosotros.
Es que saben de memoria cómo conjugar presentes bien concretos.
Por eso la urgencia de combatirlo sin tregua,
ahí donde haga falta.
Por eso juntos.
Por eso , Ni Una Menos.
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