Escrito por Eduardo M Romano el 22 septiembre, 2015
Sabía conjugar,
como poca gente que yo conozca,
la promesa del íntimo acercamiento,
junto al rechazo más cortante.
Las Escenas se iban encadenando
como si siguieran
cierta clase de impulso propio,
con algo de misterio.
Estas que les digo,
parecían Escenas que tenían entre sí,
un parentesco.
Aunque si uno las miraba
detenidamente,
no tardaba en darse cuenta ,
que poco y nada
tenían que ver unas con otras.
Pero durante el tiempo que duraban,
créanme que la magia y el encanto
se iban extendiendo
hacia un lado y para otro.
Convocando los pequeños dramas,
las intrigas,los enredos imposibles
y los encuentros insólitos…
…en los que no dejaban de circular
personajes pintorescos
y motivos caprichosos.
Todo tan seductor y atractivo,
que a cualquiera
que anduviera cerca…
…bien podia tocarle el turno
de involucrarse y jugarlos.
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