Escrito por Eduardo M Romano el 3 mayo, 2014
Son esa clase tan particular de recuerdos ,
que tienen por costumbre
llegar sin necesidad de haber sido convocados..
..o despertarse en otros a partir del detalle, el pormenor
o aquella cosa minúscula que tiene la magia de ponerse de algún modo,en conexión con aquella otra, que ,insabida para nosotros…
.. sobra y alcanza
para que ellos se nos aparezcan.
Pueden provenir de tiempos remotos,
pertenecer a circunstancias y experiencias
que si no las teníamos en el olvido,
seguro que andaba cerca y casi en camino de serlo…
..No lo hacemos por ingratitud, destrato o menosprecio, sino más bien por algo ligado a su
propia estirpe…que consiste en ser recuerdos singulares y profundos…
..que en algún rincón han sabido
arreglárselas de lo más bien, para activar
huellas, marcas y emblemas en nosotros.
Créanme que son capaces de hacer lo suyo
en los momentos que resultan críticos…pero también en nuestro devenir común y corriente..
…como para ayudar y poner lo suyo,
para que prevalezca este preciso estado de ánimo ,
ese otro cambio de semblante,
o aquella intuición de más lejos…
..que sentimos que nos han venido de alguna otra parte, con un empuje propio,
y muy difícil de poner en palabras…recuerdos que en modos muy sutiles, pueden sugerir y hasta llegar a orientarnos..
..que puede resultarnos más conveniente
ir por este lado,
doblando por ese camino..
cosa de evitar el encuentro
con aquél otro.
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