Escrito por Eduardo M Romano el 19 enero, 2014
Era de esa clase de personas , que
hacen todo lo posible en revelar a los demás,
poco y nada de sí mismos.
Práctica tienen de sobra en saber cómo y en
cuáles momentos desviar el rumbo de la charla,
cada vez que se está acercando a algo que pudiera
llegar a involucrarles algo propio.
Dominan el difícil oficio de decir una cosa por otra, y dar
a entender que van para este lado,
mientras no dudan en agarrar para el otro.
También manejan como pocos las pausas y los silencios,
para conseguir que el que tienen adelante, y no ellos,
sea el que siga hablando.
No sabría decirles si actúan de ese modo porque guardan
alguna clase de secreto o algún asunto que
ellos consideran turbio o indigno.
Tampoco me da la impresión de que se trate
de gente que lleve cierta clase de doble vida…
..una que exhiben y otra que guardan….
Pero de lo que sí estoy seguro es que lo de ellos
no pasa por la humildad, sino más bien pro la desconfianza.
Entonces, por más que se explayen en esto de lo lindo,
o abunden acerca de eso otro…cada vez que uno termina
de hablar con estas personas,
le queda la sensación
de que no sólo no puede sacar nada en limpio..
…sino que después de cada encuentro,
uno los conoce y sabe de ellos,
un poco menos que antes.
Deja una respuesta