Escrito por Eduardo M Romano el 8 febrero, 2025
Era lo màs parecido, me decìa,
a un desgarro consigo misma.
Eso que daba por seguro y confiable,
a su pesar, ya habìa dejado de serlo.
No sabìa que hacer ante ese vacìo que no comprendìa.
Algo parecido a estar sumergida
en un intervalo
en el que sentìa que la pèrdida estaba màs que clara
y aquello por venir,
serìa mucho peor,
o en el mejor de los casos, incierto.
No contaba con ningùn lazo confiable
que le diera
alguna clase de aliento o amparo .
Entonces la ruptura,
que al comienzo, parecìa una y la misma,
se fragmentaba en cien formas
y viente rostros…
…como semblantes esquivos que conocìan bien el oficio
de acechar la memoria,
para hacer màs penoso el desatino
y màs intolerable la ausencia.
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