Singulares y Distintos.

Escrito por Eduardo M Romano el 15 diciembre, 2013

 
Se habían propuesto no tener forzosamente
que pensarse a sí mismos como eternos en el tiempo,
simétricos en el espacio
ni recíprocos indudables en lo que concierne a los sentimientos.
Tampoco se les cruzó por la cabeza,
esa idea de por sí tan espantosa,
de querer encontrar la propia Mirada
en los ojos del otro
Para ella y para él,
además resultaba de lo más importante,
poder sostener bien firme
todo aquello,
 tanto mínimo como exuberante,
que los hacía ser
las personas que eran, diferentes, singulares y distintas.
Me refiero a que cada quien iba a seguir teniendo a buen
resguardo sus espacios íntimos,
y a poder manejar como se les diera en gana,
las velocidades de sus propios tiempos de adentro.
De modo que sentir que estaban cerca
el uno del otro,
no iba a tener nada que ver
( y en esto estaban muy de acuerdo)
con esa cosa tan patética,
de funcionar como si fueran espejamientos mutuos….
…ni con asumirse todo el tiempo como una especie de Eco
preciso y perfecto del otro.
No tenían ninguna intención de llenar
como si fura un crucigrama,
 todos y cada uno
de los casilleros vacíos y de los espacios en blanco…
..ni de encontrarle una explicación instantánea y exacta a todo…
apagando el asombro y la incógnita
 con más de lo Mismo…
..Algo así como para poder estar más atentos
al singular vagabundeo,
que se siente
sólo cuando dos
que siguen siendo distintos,
van haciendo juntos  lo suyo…
…dejando que haya aire, tiempo y espacio
en el medio.

 

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