Escrito por Eduardo M Romano el 3 julio, 2014
Son momentos demasiado breves en cuanto
a su duración en el tiempo.
Pero están llenos de sentido y cargados de consecuencias
con respecto a lo que sigue.
Podría decirles que se trata de instantes
en los que el vértigo
parece hacer un alto en su camino.
Como para que podamos dibujar como se nos
venga en gana,
ese más adelante,
que no tenga que ser, obligatoriamente,
esa consecuencia predecible e inexorable de un concreto antes.
Cómo decirles …algo que tenga el atrevimiento
de faltarle el respeto a ciertas coordenadas del ayer,
saltando por arriba de esos presupuestos
que se complacen tanto en asfixiarnos.
Algo capaz de quebrar lo contínuo
y forzar el pliegue impensado.
Para acercarnos ,
aunque sea un poco,
a eso que siempre nos pareció imposible.
Cuidando de dejarle el menor espacio a la precaución…
…y estableciendo,
en la forma más clara posible,
que por esta vez,
no habrá ningún lugar para el miedo.
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