Escrito por Eduardo M Romano el 19 marzo, 2014
Sabía cómo cuidar los modos y las formas.
De modo que los demás no tuvieran oportunidad
de advertir ni darse cuenta de la confusión, el revuelo
y el tumulto que en ese momento
de su vida, lo estaba recorriendo por dentro.
No vayan a pensar que era de esas personas que se
empeñan en ocultar lo que hacen y lo que piensan..
..lo suyo no tenía nada que ver con el ocultamiento
astuto ni con la mentira conveniente…
..no tenía intención de engañar a nadie. Sólo quería
un poco más de tiempo , para entender ,
aunque fuera de un modo tenue o aproximado,
qué clase de cosa
era todo ese tumulto,que no cesaba de producirle
subidas, bajadas y remolinos por dentro….pero de los
que no llegaba a entenderle la trama , el guión
de dónde provenía y hacia qué lugar podría llevarlo.
Las hipótesis eran muchas y las posibles variantes
ni les cuento.
Pero por el momento, la única sensación que tenía
era una mezcla de inquietud y desconcierto.
Y sentía que lo mejor que podía hacer, era darse
un poco de tiempo…sin apresurarse a echarle mano
a las etiquetas, a la cara de circunstancia,
ni a las frases hechas…algo parecido a no forzar
innecesariamente la marcha,
para acertarlo inmediato al motivo…
…ni para endosarle alguna clase de nombre,
como para sacárselo de encima,
lo más pronto posible,
al asunto.
Deja una respuesta