Escrito por Eduardo M Romano el 20 enero, 2014
Existen personas quienes de un modo
o de otro,sin que primero se lo pidan o
se lo propongan en una forma más o menos explícita..
..terminan haciéndose cargo de cosas de otros.
Me refiero a incertidumbres, preocupaciones, malos presagios,
…en general se trata de esos aspectos inoportunos de los
que los demás no quieren saber nada con asumirlos ni hacerse
cargo.Esta gente casi siempre es la más allegada.
Es como si , no teniendo conciencia de ello,
andaran por la vida,
dejando como al descuido esas puertas entreabiertas,
por donde los otros captan al vuelo que es precisamente
por ahí ,donde pueden ir depositando lo que es suyo y de lo
que ni por asomo tienen la intención de hacerse cargo.
Entonces dejan como a buen resguardo
eso de lo que no quieren saber nada. Porque les provoca
incomodidad, incertidumre o rechazo.
Por más que uno se dé perfecta cuenta nada más que con
mirarlos , que se trata de asuntos que llevan su firma
y su nombre propios…no hay nada que hacerle…
porque captan al vuelo, cuando es que aparece
la complacencia inconsciente de estas personas que les digo…
…que terminan absorbiendo lo que no les corresponde
y cargando , ya no sólo con el problema de otro,
sino también con esas preguntas que nunca van a formularse
allí donde deberían hacerlo…entonces no es raro
que aparezca de lo más florida en uno,
la inquietud que se encargó de expulsar de sí mismo algún otro.
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