Escrito por Eduardo M Romano el 2 junio, 2014
Tiempo y lugar
para que lo íntimo nuestro
haga lo suyo,
a veces puede querer decir,
que nos dejemos llevar
por las curvaturas
y las sinuosidades,
que casi nunca avisan,
(que yo sepa)…
…para qué lado están yendo,
en cuáles sitios van a aparecer las pausas…
…y mucho menos a qué lugar exacto,
es que se proponen llevarnos.
Lo nuestro, lo propio e irrenunciable,
no es una sustancia estática ni inmutable.
Porque créanme que va cambiando con el correr del tiempo…
..claro que mostrándoles respeto
a las identificaciones ,los semblantes
y a aquellos mandatos,
que ya son parte inseparable de uno…
Me refiero a los que nos damos cuenta,
pero especialmente a todos
esos otros,
que se la pasan actuando ,
sin que tengamos la menor idea
ni podamos darnos cuenta, dentro nuestro.
Tambien tengo que decirles,
que lo nuestro, lo propio, lo irrenunciable…
..siempre y de alguna forma,
tiene que ver con los otros.
Los entrañables , los no tantos…e incluso
esos que nunca terminamos de tragarlos por completo..
Seguro que alguna huella o indicio,
dejaron por alguna parte
o en algún rinconcito nuestro.
Pero me parece
que no puedo dejar
de mencionarles,
que también lo íntimo y lo irrenunciable,
puede significar
o querer decir
que necesitamos tiempo…
Y eso no implica necesariamente
que nos hayamos vuelto ingratos,
o nos hayamos convertido
en indescifrables hermitaños.
Quiere decir,
ni más ni menos,
que andamos necesitando
suficiente espacio por dentro..
…para que nuestras historias
desaten las amarras
y levanten su vuelo.
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