Escrito por Eduardo M Romano el 7 junio, 2014
Una cosa son los bordes externos que tienen los hechos
a medida que se van sucediendo,
junto a las formas precisas en las que
les vamos otorgando sentido…y otra muy diferente es lo
que sucede cuando cada quien debe vérselas en
determinados momentos ,
con sus tiempos internos.
Porque allí, no hay calendarios prefijados ni relojes precisos
que valgan ni indiquen para todos lo mismo.
Porque son una clase de tiempos que dependen de los
pliegues, cortes,rincones, dobleces y fracturas
que a cada quien se le van abriendo a medida quelas cosas
siguen su marcha .
Entonces puede ser que repare en ese detalle
al que antes no les prestó la menor importancia..
..tal vez porque cambiaron algunos de nuestros ángulos
de mira,
de modo que surgen escenas que no estaban,
algunas se aceleran
y otras parecen andar demasiado
previsibles y como en cámara lenta…como si perdieran empuje
y fueran cediendo su fuerza .
De modo que todo su andar se hace más lento,van perdiendo consistencia…
y casi ni las miramos,
de tan grande que es el contraste,
con aquellas otras,
en las que el tiempo
parece ir más rápido
de tan veloces que pasan y parecen que van corriendo.
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