Escrito por Eduardo M Romano el 8 junio, 2014
Existe cierta clase de equilibrio,
entre eso que ocurre afuera
y lo que está pasándonos por dentro.
Difícil de definir,
porque es obvio que cambia
y depende de la forma de ser
y de las complicadas
tramas y circunstancias que le toquen
a cada uno.
No hay duda acerca de esto.
Pero no es menos cierto que también es preciso
y hace falta
saber de algún modo,
que uno cuenta con ciertos ejes, coordenadas
y topologías propias…a las que se recurre puntualmente,
llegado el momento
o bien en más de una ocasión
y sin darse cuenta,
en el mismo día.
Imágenes entrañables…asuntos, argumentos,
motivos, deseos, fantaseos,
anhelos,reminiscencias,
acuerdos íntimos…
y aún contradicciones propias…
..nada del otro mundo..cosas que
ya todos conocemos…énfasis, entusiasmos,
inercias difíciles de explicarlas..empujes
repentinos,capaces de cambiarles el color a tantas cosas..
..ecos , resonancias,
tiempos segundos
en los que a veces,
se nos ocurren ideas que no habían estado
o significados de lo más sencillos…
..unos que estaban casi delante de nuestras propias
narices…Qué fácil es decirlo ahora.
Porque en el momento de vivirlos,
no les prestamos atención
o no pudimos darnos cuenta.
Deja una respuesta