Escrito por Eduardo M Romano el 25 septiembre, 2015
Podemos pensar
la mayor cantidad de escenarios posibles,
cosa de no exponernos
en forma innecesaria o más de la cuenta.
Pero una cosa es
tomar recaudos,
y otra muy distinta,
no parar de dar vueltas
una y otra vez sobre lo mismo.
Todos tuvimos, alguna vez,
esa clase de pensamientos
que parecen tener cuerda propia.
Porque pueden elevarse, doblar o
tocar fondo,
sin que nada se haya movido de lugar
ni cambiado.
Pueden imaginarse
toda clase de logros,
hazañas memorables o ridículos desplantes.
Incluso nos puede entrar la sospecha
si las cosas marchan demasiado bien
….o ir ensayando
por las dudas,
la cara de angustia
si la suerte nos resulta esquiva
y no llegamos a ninguna parte.
Podemos meternos en
los laberintos de éstos
y de otros muchos asuntos.
Pero créanme
que si no nos arriesgamos a jugar
algo propio
por el medio,
seguro que todo se complica.
Porque una cosa es anticipar
y tomar recaudos…
..y otra muy distinta,
transformarnos
en una hipótesis continua.
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