Escrito por Eduardo M Romano el 11 agosto, 2017
Al escuchar un dicho chistoso, el sentido común,
en general lo explica haciendo referencia al ingenio puesto en juego.
la sorpresa, la brevedad ,los ingeniosos malabarismos con las palabras
y los afectos puestos en juego,
y el encuentro final de un sentido ,
en aquello que parecía no tenerlo.
Todos conocemos esa clase de chistes que son capaces
de transmitir una multitud de pensamientos,
apelando a un notable ahorro de palabra.
Al respecto, existe un punto, escribe Freud,
en el que la técnica de construcción de una clase de chistes,
muestra una notable similitud con la , en apariencia ,tan alejada
formación de un sueño.
Así articula el contenido manifiesto , tan extraño como incomprensible
para el soñante, con los pensamientos oniíricos latentes ,absolutamente
coherentes, de los que derivan.
Entonces nos habla de una peculiar «trasmudación» ,
presente tanto en el sueño como en cierta clase de chistes
que se caracterizan por condensar palabras y formar extraños sustitutos,
que al captar su sentido,
desatan la risa.
Freud cita a un personaje de Heine, «agente de lotería y pedicuro,
que se gloria de sus relaciiones con un rico aristócrata…»
«…tomé asiento y él me trató como a uno de los suyos,
por entero famillionarmente…»
Se trata de » una relexión de inequívoca amargura,
harto comprensible en ese hombre pobre
frente a la gran riqueza ..».
Resulta que este pensamiento no es nada chistoso en sí mismo.
Aunque sí lo es la forma linguisticamente lograda
para expresarlo,
al descomponer y luego condensar los fragmentos de dos palabras.
Familiar y Millonario.
«…Para expresar cabalmente el pensamiento contenido en el chiste,
nosotros debimos agregar una frase consecuente » (algo así como ) ..»o sea , como lo hace
un millonario «….» el poeta lo dice mucho más brevemente «.
(S. Freud. «El Chsite y su relación con lo Inconsciente » O.C.)
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