Esas Marcas indelebles.

Escrito por Eduardo M Romano el 30 octubre, 2016

De tanto indagar, acerca de ese lugar

preciso, en el que se alojan, los recuerdos , dentro nuestro,

se está dejando de lado,

y de un modo para nada inocente,

que existen muchas otras cosas que pasan entremedio.

Me refiero a pensamientos, vivencias, emociones,

impresiones y escenas,

que estando bien alojadas en los lugares

que les corresponden,

no están a nuestra entera disposición

como cabría esperar para las ciencias con aspiración

a ser exactas.

Unas que a la subjetividad, y a lo Inconsciente,

los ignoran y cada vez que pueden, los pasan de largo.

Pero esto que se reniega,

con mayor o menor sutileza,

no cesa de producir  deslices, disloques

y toda clase de bloqueos impensados,

en las ocasiones menos oportunas.

Puede suceder, por ejemplo , la paradoja

de que recordemos algo » imposible de olvidar»..

…porque nunca tuvimos conciencia de ello.

Y sin embargo, resulta que se trata

de un asunto que abrió esa clase de surcos,

que a uno le van instalando

unas marcas indelebles,

que nunca dejan de acompañarnos.

Resulta imposible, dejarlas así nomás de lado,

a esas vivencias que  en su momento,nos conmovieron,

pero que no pudimos ser capaces

de entenderlas del todo.

Como quiera que sea,

no dejan de insistir, una y otra vez,

de improviso y a destiempo,

Algo, que está más allá del lugar

preciso en que se encuentran alojadas,

está pasando.

Existen tantas ocasiones en las que uno

…» no recuerda en general, nada de lo olvidado

y reprimido, sino que lo actúa, no lo reproduce como recuerdo,

sino como acción; lo repite, sin saber,

desde luego, que lo hace . »

(S. Freud. («Recordar, repetir, elaborar». O. C.)

 

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