Escrito por Eduardo M Romano el 23 enero, 2014
Aquel tiempo en futuro,
que se lo imaginaba como una
página de color blanco,
desbordante de promesas y armonía,
además de quieta y a la espera
de que se fuera escribiendo o dibujando nomás
sobre ella…
..no sólo empezó a moverse del modo más incierto,
de una lado para otro..
sino que una vez que las cosas se pusieron en marcha,
comenzó a llenarse de inesperados errores de cálculo…
…que pasado un tiempo, se poblaron de equívocos y deslices,
que se tradujeron
en estas manchas y esos otro inoportunos borrones.
Tengo que decirles que algo
parecido a una página,
(aunque bastante abollada),
seguía estando en el terreno de lo posible.
Pero al diáfano color blanco,
que se sepa,
ya no pudo ubicárselo
en alguna parte
ni vérselo por ningún lado.
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